miércoles, 29 de diciembre de 2010

Gracias 2.010...

31 de diciembre de 2.010, 11:55pm, faltan 5 pa’las 12 como dice la canción, todo está listo, las uvas en las copas y en la mente mucho más de doce deseos.
Nostalgia es lo que generalmente siento cuando un año termina, la mayoría de las veces hago un recuento rapidito de todas las cosas que tengo que agradecer; este año, esa lista es más larga que los doce deseos. Agradeceré por mi buena salud, sólo me enfermé una vez en todo el año, por la de mi mamá y la de mi hermana; en fin, por mi hogar, por esas dos personas estupendas que me acompañan a vivir, a soñar y a aterrizar. Por el resto de mi familia. Por mi perrita y su amor incondicional. Por mi empleo, con sus altibajos. Por todos los lugares que conocí. Por el amor que se fue, por su retorno y por su nueva partida, por aprender a retirarme a tiempo del combate, porque no siempre se gana. Por aprender a escuchar a mi corazón. Por todas las risas pero aún más por las lágrimas, por los momentos en los que me sentí plena y por aquellos en los que dudé que todo mejoraría. Por la duración de mis pocas pero valiosas amistades. Porque fueron 365 días que transformaron mi vida para siempre, un año repleto de aprendizajes.
Después de agradecer, procederé a pedir los deseos, pero a diferencia de otros años, no pediré, agradeceré todo lo que llegará, todo lo que disfrutaré, todo lo que viviré, agradeceré que no todo se dé cómo lo pienso, por esas lágrimas de felicidad y por qué no por unas cuantas de tristeza, por los momentos de compañía y por aquellos de soledad, por la armonía y también por la discordia, así aprenderé a valorar las diferencias, en fin, me dispongo a vivir un año al son que el Universo toque, la vida tiene un curso y yo formo parte de el, si me tropiezo no importa, eso se cura.
Solo me queda desearle a usted distinguido lector, lo que por cierto le agradezco, un feliz (a su manera) año 2.011, cuando suenen las campanas, pida lo que quiera y haga lo que quiera, pero luego del alboroto, tómese un ratico, mire a su alrededor y agradezca desde el corazón y con la mente estar en ese lugar disfrutando de tan valiosa compañía; no se preocupe por los que están lejos, ellos seguramente agradecerán celebrar el próximo año junto a usted.

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