martes, 18 de enero de 2011

¡que coincidencia!

Cierta mañana desperté pensando la diferencia que había entre confianza y fe, por lo que le pregunté a mi hermana su opinión al respecto. Luego de filosofar un rato, sin buscar en internet y guiándonos por nuestra intuición, decidimos que la confianza gozaba de argumentos, es decir, una persona era confiable si sus acciones y comportamientos así lo demostraban; mientras que la fe, era creer a ciegas en “algo” dependía de una decisión y una actitud más que de razones palpables; así sin mayores complicaciones terminamos el desayuno de ese día, riéndonos de haber amanecido tan profundas.
Al día siguiente empecé a leer un libro, en el que la confianza y la fe eran el tema de las primeras páginas del primer capítulo. Sorprendida quedé al leer lo que el autor narraba y sin dudar empecé a comentar la coincidencia, tal vez tonta para algunos pero para ella -quien es mucho más profunda y filosófica que yo- fue más que una coincidencia, a lo cual me respondió con autoridad “Nada es casualidad, piensa en el mensaje que te está mandando la vida”, reí y con un “wow que profunda” di fin a la conversación, ese día no estaba dispuesta a filosofar.
La afirmación fue tal, que me ha hecho pensar qué necesitaba aprender, qué tenía que entender de esa “simple” coincidencia. Era eso sin duda, la fe en Dios, había estado dudando que realmente me escuchara. Me había cuestionado la idea de que todo iba a estar a estar bien, de que todo pasaba por una razón, que había que cerrar ciclos para empezar unos nuevos, que no siempre las cosas eran como las imaginábamos porque seguramente serían mucho mejor, que de eso se trata vivir, trazar un camino y seguirlo, pero a veces también era necesario seguir unos cuantos caminos que sabíamos no eran los correctos pero que en algún momentos tendrán un atajo que nos regresará al nuestro, eso era, mi fe en Dios debía crecer así como la confianza en mi y en mis decisiones, contaba con suficientes argumentos para sustentar ambas conclusiones.
Hoy, cuando decidí escribir acerca de la coincidencia, ingresé al blog y “casualmente” había un comentario en una de las entradas de Kat que decía “las casualidades son sorprendentes”, por lo que confirmo que la vida sigue dándome la señal que creo haber entendido o tal vez es otra y aún no la entiendo, pero sé que de ser así, habrán otras señales que me guiarán hasta lo que realmente debo aprender, porque como dice Chopra en Sincrodestino “presta atención, busca pistas, descifra su significado y, al final, la verdad será revelada. En muchos sentidos, eso es exactamente lo que pasa. Después de todo, la vida es el misterio más grande”.

La imprudente

Era un 6 de enero. Los detallitos dejados por mis padres y hermanas con la excusa de Los Reyes Magos, me retrasaron más que de costumbre. Decidí ir 10 Km por hora más rápido de lo normal cuando se me ocurrió atender el teléfono. La conversación con una compañera de trabajo me distrajo y, al tratar de incorporarme a la autopista, no noté que la camioneta que iba delante de mí frenó. Como es de esperarse choqué, dejando el capó de Artax arrugado como un papel de regalo. Al bajarme, ya el dueño del carro se encontraba detrás de su carro evaluando los daños y, mientras tanto, mi amiga seguía hablando sola en el asiento del copiloto, donde solté el teléfono.

Señor chocado por mí: Venías hablando por teléfono.

Yo: Si, señor. Discúlpeme, que pena. Acepto toda la responsabilidad.

Señor chocado por mí: Pero ese choque lo tenías desde antes ¿no?

La pregunta me extrañó muchísimo, por lo que mientras contestaba que no, me volví para mirar su carro ¡La camioneta sólo tenía un pequeño rayón plateado en el parachoques! Fue tanta la sorpresa que las lágrimas que querían comenzar a brotar, se secaron de inmediato.

Yo: No señor, no había chocado antes – insistí al ver la incredulidad de su cara. Si quiere esperemos a los fiscales de tránsito. El carro está asegurado y yo me hago responsable de arreglarle el parachoques.

Mientras el señor chocado por mi buscaba una tarjeta de presentación en su cartera, mis ojos voltearon a ver al pobrecito de Artax y se empezaron a llenar, de nuevo, de lágrimas. Sin embargo, otra sorpresa volvió a secarlos enseguida. Esto decía su tarjeta de presentación:

        Periquito De Los Palotes
Presidente de Fedecámaras Carabobo

Volví a revivir, pero en mayor intensidad, la vergüenza de haber chocado por imprudente. Sin embargo, sin perder la compostura y tratando de parecer mayor de lo que me sentía, le dije:

Yo: Gracias. Espere mi llamada para cuadrar el pago por la reparación y discúlpeme de nuevo.

El resto de la semana me dediqué a buscar un taller que estuviera trabajando, a reportar el choque al seguro y a comunicarme con el Señor chocado por mí. Sin embargo, por más que lo intenté, lo único que no logré fue comunicarme con el afectado por mi imprudencia. No fue como en una novela donde gracias a un evento desgraciado conocí al amor de mi vida. Tampoco encontré un mejor trabajo. Lo único que me quedó de esta experiencia fue dejar de hablar por teléfono mientras manejo. Y a veces se me olvida.

jueves, 6 de enero de 2011

vivir lo soñado

Hace días, Roque Valero escribió en el twitter: “mientras las estrellas sueñan ser planeta, quien sabe si Dios con otra tierra sueña”. Apenas lo leí me gustó, pero para entenderlo o creer que lo había hecho pasaron varios días, aún siguen pasando.
Existen varias definiciones para el verbo soñar, entre ellas: representar en la fantasía algo mientras dormimos, imaginar que las cosas son distintas a como son en la realidad y anhelar persistentemente una cosa.
La mayoría de las veces deseamos crear circunstancias en nuestras vidas que según nosotros nos harán sentir felices y completos, quisiéramos tener una varita mágica la cual con simple conjuro hiciera aparecer eso que tanto anhelamos. Una de las principales teorías del famoso libro “El Secreto” se basa en imaginar eso que deseamos sintiéndolo parte de nuestra de vida, de esa manera lo atraeremos, es algo así como pensamientos que se transforman en sentimientos capaces de encender la varita mágica del Universo que te concederá el deseo, suena facilito, pero en la realidad es más divertido que sencillo.
Una de las principales ventajas de soñar, es que no hay límites y es secreto, es una realidad paralela, una realidad donde no existen las criticas ni las preocupaciones, donde todos somos lo que quisiéramos ser sin mayores esfuerzos; sin embargo, eso de soñar no siempre es tan maravilloso, perdemos esa realidad fantástica y algunas veces desastrosa que está ocurriendo delante de nosotros, todo por el simple hecho de soñar; tal como dijo Sartre “Soñar en teoría, es vivir un poco, pero vivir soñando es no existir”
Esta noche o después de leer esto, siga soñando pero hágalo con los ojos abiertos, respire profundo y sienta el aire en sus pulmones usted está vivo, tiene todas las herramientas para hacer de ese sueño realidad, la cual seguramente será mucho mejor de lo que la imaginó, así como dijo Disney “Si lo puedes soñar lo puedes lograr”.

Tristemente criolla

“Aprovecharse de todo”. “Por buenos o malos medios”. Mis ojos iban de una frase a otra. Mi cara no podía disimular el asombro. Así nos definen - pensaba.

Esa es una de las características que forman parte de la idiosincrasia del venezolano: la viveza. Famosa además, ya que hasta definición en el diccionario de la Real Academia Española tiene. Existen nueve definiciones generales, y la decima (que especifica que es un significado particular para nuestro país) dice: “Agudeza y prontitud para aprovecharse de todo por buenos o malos medios”

Es el adelantarse por el hombrillo de las carreteras o autopistas, el usuario del banco que hace el depósito de 10 personas o más, los mecánicos que cada vez que ven a una mujer llevar su carro a reparar o revisar o hacerle mantenimiento buscan la manera de aprovecharse de su ignorancia en cuanto al funcionamiento de motores a gasolina, el empresario que no paga el seguro social, el funcionario del mismo organismo que emite un reposo falso a un pana y muchos ejemplos más que, estoy segura, usted tendrá. Porque los ha vivido o los ha causado.

¿Cuáles son las razones? ¿Es sólo un rasgo, temperamento o carácter del venezolano? ¿Sólo será cuestión de cultura el querer ganarse una fortuna haciendo el mínimo esfuerzo? Espero que no. Espero que, algún día, podamos entender que la vida no es solo dinero, que el trabajo no es sólo un salario. Espero que entendamos que todos nosotros; con nuestras acciones, pensamientos, oficios, palabras e ideas, formamos parte de un todo. Que entendamos que al no adelantar por el hombrillo evito un accidente o que si le coloco el aceite correcto al motor del carro de la señora, que por cierto es el que está pagando, evito que se le funda el motor.

Espero que nuestra viveza criolla se defina diferente. Deseo que se defina como una de las otras nueve definiciones. Que se defina como: “Agudeza o perspicacia de ingenio” Que las expresiones: ¿Cómo se le ocurrió eso? ¡Que ingenioso! Sea por algo positivo, por algo de provecho, por un bien.

Y parafraseando lo dicho por un profesor al que aprecio, deseo un 2011 con un poco menos de viveza venezolana y más humildad criolla.