viernes, 19 de noviembre de 2010

Las estadísticas no consuelan

Los números indican que nos pasa a 1 de cada 5 mujeres o al 20% de nosotras. Es más, hay expertos que dicen que esa cifra puede llegar a un 50% si contamos a las que no nos damos cuenta ni de que estamos embarazadas. Lo cierto es que el aborto espontáneo es otra de las experiencias biológicas que las mujeres tenemos que enfrentar y, en el mejor de los casos, sólo prepararnos porque podemos entrar en las estadísticas.

Si lo planificas, si es el resultado de una equivocación que trae alegría, si es el resultado de una equivocación que trae tristeza, si es la primera vez que intentas traer una personita al mundo, si es de una madre adolescente, si es de una madre adulta, si la cuna que lo espera es de oro, si la cuna que lo espera es de madera, cualquiera que sea la circunstancia de la concepción: la pérdida de un bebé es una experiencia muy triste y devastadora.

No lo digo por experiencia propia. Sin embargo, he tenido la desagradable oportunidad de acompañar a diferentes mujeres en ese trago amargo. Mujeres a las que les tengo diferentes niveles de cariño y por las que he sentido la misma pena. Mujeres a las que cada día admiro más y a las cuales no he sabido consolar, si es que eso es posible.

Discúlpenme los hombres, posibles y futuros padres, pero este humilde escrito esta dedicados a ellas y a su fuerza. A ellas que aceptan y manejan todos los cambios físicos y psicológicos que implica el estar embarazada, y luego no estarlo. A ellas que las estadísticas no consuelan. A ellas, mis respetos.

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