miércoles, 8 de junio de 2011

El mayor de ellos

Todos los días se aprende algo. Yo, además de creer en eso, creo que los días tienen un nombre – aparte de los clásicos lunes o sábado – aunque éste no siempre se revele. Hoy tuve la oportunidad de conocerlo, hoy se llama defectos o como Sharito suele decir, patrones de conducta para ser mejorados.

Lo que me pasó no me ocurría desde hace cinco años aproximadamente. No ocurrió exactamente igual, pero si fue en el ámbito laboral y el sentimiento que me generó fue idéntico. Esa mezcla de tristeza, frustración y vergüenza que hace pensarte, revisarte y evaluarte. Fue así como descubrí, lo que hoy considero, mi mayor defecto.

Con la mente un poco mas clara y segura de que la opinión de lo demás no iba a ser tan dura como la que acababa de descubrir de mi misma, hice un sondeo de mis defectos con mis amigas. Sorprendentemente, todas coincidieron, aunque lo llamaron por distintos nombres, pero aún así no llegaron a ese que lo resumia todo, el que generaba lo que ellas acababan de expresarme. 

Ese día, a diferencia del de hace unos años, descubrí que ese es el defecto que hace quedarme sentada y esperar, el que me paraliza, el que se juega con mi ego y lo hace crecer a base de mentiras. Es el que hace, en muchas ocaciones, que haga sentir mal a los demás. Es el que hace que no me esfuerce en lograr mis metas. Es esa superioridad la que me hace fallar.

Siempre escuche que lo que no nos gusta de otras personas son reflejos de nosotros mismos pero nunca lo quise creer. Sobre todo cuando lo que me molestaba era la falta de humildad. Pues hoy descubrí que el menos humilde no es el que hace ver los logros de sus esfuerzos, sino el que por creer que se los merece, se queda esperando por ellos.

1 comentario:

  1. Negra Dios te Bendiga.
    Los leí todos, están profundo.
    Sigan escribiendo, las dos, se merecen el elogio.

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