martes, 29 de junio de 2010

¿Por qué fue esta vez?

Ella vestía de jeans y camisita con mangas, sin escote, como normalmente lo hacía. En esa oportunidad, la camisa era blanca y pegadita, traída de un viaje para ser regalada pero un error en la talla terminó haciendo que la usara. ¿Los zapatos? Negros y pequeños, pero ni porque eran Converse se salvó de que la calificaran como lo habían hecho varias veces durante ese año. Debe ser porque su pantalón bota ancha - que le encantaba - se los tapaba. O porque, a pesar de la marca, eran de un modelo demasiado clásico.

¿Cuál otra razón podía ser? Bonita era, como cualquier otra muchacha, es decir, era de belleza promedio, normalita pues. Su cabello no era ni liso ni crespo, los ojos no eran ni negros ni verdes, sus dientes estaban un poco volados y sólo el conjunto de estas cosas hacía que no se viera tan fea como se lee. ¿Sería la compañía? Un hombre divorciado de mediana edad y una muchacha contemporánea con características similares a ella, aunque un poco más extrovertida. Ah! seguro era lo que hacían. Buscaban un sitio, por el medio de la calle, en donde guindar una tela negra que les permitiera hacer una tarea para el curso sabatino que estaban tomando. Sin embargo, nada de eso parecía justificar el rechazo de un grupo de jóvenes que les negaron, de buenas a primeras, el lugar seleccionado para cumplir el objetivo.

Ese grupo de jóvenes estaba formado por estudiantes de una escuela distinta a la de ellos, pero de la misma área. Además, debían estar en niveles más avanzados y su estilo era totalmente distinto. Después de ciertas mediaciones por parte del caballero del trío, que conocía a uno de los integrantes del grupo represor, lograron trabajar en el anhelado lugar. Al cabo de una hora, sin haber logrado la meta, el trío decidió mudarse debido a las miradas de desaprobación y desagrado que seguían recibiendo de dicho grupo. Dejaron el lugar vacío y desocupado, como lo habían encontrado.

Mientras volvían a la búsqueda de un nuevo lugar, el trío conversaba acerca de la reacción y actitud del grupo encontrado. A pesar de que coincidían en opiniones, los sentimientos despertados fueron completamente diferentes: el señor divorciado no fue sorprendido por la actitud del grupo, la muchacha extrovertida no le dio importancia, pero la muchacha normalita quedó con la idea de discriminación revoloteando en su cabeza y el sentimiento desagradable del rechazo, revolviéndole el estomago.

Al cabo de algunos minutos, encontraron un lugar que cumplía con todas las expectativas, incluida la de no afectar lo que otros consideraban que este trío era capaz de hacer. El resto de la tarde transcurrió con mucha tranquilidad, el trío logró hacer el trabajo y se divirtieron un montón.

De regreso a su casa, la muchacha normalita siguió pensando y sintiendo. El viaje, de más de dos horas, le permitió repasar cada una de las acciones y reacciones de ese día, tanto de ella como de los demás. No era la primera vez en el año que se sentía estereotipada, clasificada y discriminada, pero ésta vez no pudo saber, a ciencia cierta, la razón.

En otro momento habrá el tiempo de mostrarse como es, de cambiar la primera imagen que se percibe de ella o de, por lo menos, no sentirse tan afectada por clasificaciones sin fundamento. Quedó convencida de que tendrá más oportunidades de enseñar a la gente a no llevarse por las apariencias, como le toco aprender alguna vez. Y, mientras llegaba a su hermética ciudad natal, tuvo claro que estas oportunidades no siempre se presentarán pero, cuando aparezcan, no va a dejarlas pasar.

2 comentarios:

  1. Demasiado Hermetica, yo digo que nos mudemos a algun lugar, obviamente menos hermetico, mas diverso y no tan inseguro como nuestra capital (seguro no es en nuestro pais)pero un grupo para sentir el calor tropical jeje...

    Sigo Orgullosa de ti ;)

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  2. Bellos momentos de ese día se me disparan en mi memoria al recordar. Para mi también fue lección de vida....ese día comprobé que la fotografía puede unir caracteres tan diversos como los tres personajes de esta historia. Para mi en particular fue conocer a dos grandes seres, opuestos por naturaleza y personalidad, pero semejantes por la pasión a mirar y admirar mediante el visor. Hoy en día dos grandes personajes de mi vida y confidentes de nuestro otro Yo (la fotografía)

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