jueves, 14 de octubre de 2010

huele a eso que llaman amor

No es uno, son dos.
Quizá por el hecho de tener un brecha de 12 años con mi hermana, apuesto por la idea de que mientras más contemporáneos sean los hermanos, la relación es mucho más compenetrada; a pesar de ello, en mi caso, hoy en día (hace unos años no fue así) eso no ha sido motivo para no estar compenetradas, es la única persona con la que puedo disfrutar tantas diferencias.
Tres horas después de recibir la noticia, empecé a imaginar cuando conozca a los dos bebés, de quienes aún no sabemos el sexo, pero que en cuestión de preferencias me encantaría que fuesen parejita, toda una novedad para la familia.
Mientras imaginaba a los bebés, una pregunta interrumpió mi suspiro ¿a quién cargo primero? ¿al más flaquito o al más bonito? (así hubiese uno feo yo lo vería bonito, así que esa pregunta estaba de más, por lo que seguí en mi autointerrogatorio) ¿a la hembra o al varón? (y, ¿si no son pareja?) ¿al que esté despierto o a ninguno? ¿cómo que a ninguno? imposible pensar eso, justo ahí entré en conflicto y pensé, “los cargo a los dos al mismo tiempo”, también era casi imposible, “no soy experta cargando a uno, menos a dos” pensé mientras sonría. Para no enredarme más, decidí que el día que los conozca, lanzaré un dado.
Cuatro horas después de recibir la noticia, es decir, una hora después de no haber decidido a quien cargaba primero, seguía pensando. Esta vez mi pensamiento estaba enfocado en la capacidad de amar de los seres humanos. Esa sensación que yo no sé describir como palpitaciones, mariposas, nostalgia, aumento de esta sustancia en el cerebro o disminución de tal otra en los pulmones, ni biología ni cursilerías que van conmigo. Lo que sí puedo decir, es que eso que llaman amor, en mi contexto te hace sentir en el pecho un calorcito especial y diferente por alguien, esa preocupación sabrosa porque esa persona siempre esté bien, esa alegría que es de otro pero que la compartes como si fuese tuya, esas ganas que de vez en cuando se traducen en apretujones; para mi, el amor, es reconocer de lejos el olor de otra persona, es tener la necesidad de respirarlo.
Ese olor exquisito que es único y que se transforma en amor no podía ser igual, el olor de mi mamá es diferente al de mi hermana por lo que son amores distintos, no más ni menos grandes, inclusive ambos inmensos. Sin embargo, ¿cómo dividir mi amor en partes iguales para los dos bebes si los dos iban a oler igual? ¿cómo harían las mamas para querer a tantos hijos como tuvieran por igual?. Yo sinceramente dudo que mi mamá nos quiera igual, a pesar que ella siempre diga lo contrario.
Media hora después de las cuatro horas, me seguía cuestionando ¿cómo era posible que yo no sería capaz de querer a dos personas de la misma manera? ¿por qué a todas las personas especiales en mi vida tenía que quererlas diferente? ¿cómo podía estar tan segura de que habían personas tan especiales en mi vida de las que podría reconocer su olor a distancia sin mayor esfuerzo, o es que acaso podía querer a alguien y no distinguirlo con el olfato? ¿por qué me preocupaba tanto el cuánto puedo querer a alguien? ¿por qué yo soy tan complicada? Terminé concluyendo
Ya es casi tradición dejar preguntas sin respuesta y no porque quiera si no porque las desconozco; posiblemente dentro de 8 meses podré responder algunas o al menos les contaré a quien cargué primero y si olían o no diferente.
Las otras preguntas, algún día las responderé o quizá termine dándole la razón a mi mamá; mientras tanto, me sigo complicando.

3 comentarios:

  1. Kat...me fascino la siguiente frase: " ...para mi, el amor, es reconocer de lejos el olor de otra persona, es tener la necesidad de respirarlo."
    Bellisimo, lo entiendo a la perfección.

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  2. Para mi también es la mejor frase. Uno de los mejores escritos de Sharon. Gracias por leernos Yole, y por tu comentario. Un abrazo.

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  3. Antes que nada las felicito a las dos, iniciativas como esta es que reconcilian mi esperanza en el país, gente joven que se atreve a opinar, no importa el tema, sim miedo y sinceramente.

    Sharon. El Amor tiene infinidad de formas, olores, sabores, colores etc…, lo importante es no tenerle miedo y aceptarlo tal como es.

    Saludos

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